Estuve un rato ensimismada mirando su carta, porque había tal “vaivén” de platos del mundo que lo difícil era si decidirte por platos colombianos, peruanos, tailandeses, españoles, vietnamitas, mexicanos, venezolanos, libaneses, franceses,… Siempre he pensado que cuando quieres abarcar mucho, es cuando el restaurante acaba tocando fondo. Pero sabiendo quién hay detrás de sus cocinas, el gran chef Fernando Pérez Arellano; quien tiene una extensa trayectoria profesional por Europa, y es el propietario y chef del restaurante Zaranda, 2 Estrellas Michelín; su carta tenía que estar muy bien pensada y ejecutada. En el día a día es lógico que Arellano tenga que delegar, y lo hace muy bien en el chef francés Jerome Rohner.

VIAJE GASTRONÓMICO POR EL MUNDO

✅ Una vez “estudiada” la extensa carta, me decanté por pedir un par de entrantes: Almojábanas colombianas, vienen 4, se trata de un pan de queso y yuca con salsa dulce-picante de Guayaba (8€), diferentes, pero bastante buenos. Y un Tartar de atún rojo con ensalada oriental de fideos de arroz y algas, el tartar estaba delicioso, combinado con el alga y la ensalada oriental le daban un toque diferente al clásico tartar (18€). Como plato principal probé el Magret de pato Barberie (un tipo de pato originario de América) al punto con piel crujiente, especias chinas, crêpes y crudités (22€); me gustó mucho el pato que estaba perfectamente cocinado; las crêpes, la ensalada y la salsa como se suele servir. Otro plato principal que probé fue el Anticucho de solomillo de vaca con salsa de ají amarillo con patatas al limón para acompañar (26€), la carne estaba muy tierna y jugosa, con un ligero sabor picante en su especiado que, combinado con el ají amarillo, lo convirtieron en el plato más rico de toda la comida. Puedes elegir el acompañamiento que desees, yo opté por las patatas asadas al limón y fueron un acierto, blanditas y con gran sabor. El anticucho de por sí me gusta, pero hay que saber cocinarlo, y en Baibén sin duda me sorprendió positivamente este plato. Y finalmente, de postre pedí Buñuelos Rocher, que es la versión tibia del famoso bombón (10€), la camarera se esforzó mucho en explicar cómo era este plato, y es que sin duda hay que probarlo para entenderlo. Son 4 bolitas envueltas en oro comestible, en su interior alberga un líquido de chocolate tibio y delicioso.

✅ Ofrecen Menú del día entre semana por 22€: Entrante a elegir entre 3 + Principal a elegir entre 4 + Postre a elegir entre 3 + Agua, copa de vino o cerveza + Café.

✅ El local de al lado es el BrassBaiben, ofrecen combinados, cócteles y una carta de snacks. Ideal para empezar o acabar tu comida en Baiben. Rafa Martín, de chefsin, es el coctelero encargado de dirigir la barra de este local. No obstante, no siempre puede estar omnipresente, puesto que es el propietario del famoso Brassclub de Palma.

–> El servicio fue atento, amable y profesional. Por poner una pega, quizá encontré a los camareros demasiado encima nuestro. Los extremos nunca son buenos para un restaurante, ni que tengas que llamar al camarero un par de veces, ni que sea dejar los cubiertos y que automáticamente te retiren el plato. Es importante dejar un poco más de espacio al comensal.

✅ Su local es precioso, además de las impresionantes vistas al mar y a los barcos de  Puerto Portals, es muy luminoso gracias a sus enormes cristaleras. La decoración interior está llena de detalles en azul, amarillo y blanco. Su espacioso local, su luz, las vistas y el ambiente relajado que se respira en el restaurante, son sin duda puntos a su favor para repetir. Y además, combinado con la excelente comida que ofrecen, se convierte en un restaurante de obligada visita.

Dirección: Puerto Portals, local 1 · Calviá

Teléfono:   971 675 547

Horario restaurante: Abierto todos los días de 13h a 15.30h. Y de 18.30h a 22.30h.

Horario Cocktail Bar: Abierto todos los días de 12h a 23.30h.

Carta: precio medio 45€

Menú de mediodía: 22€

Servicios: El Baiben Cocktail Bar, justo al lado, ofrece snacks y deliciosos cócteles. Ofrecen opciones para veganos y vegetarianos (eché en falta anotaciones de alérgenos en la carta).